A contraluz su silueta marcaba su laxa masculinidad, se mostraba desnudo, pero aun vestido del olor del sexo.
Caminó a la ducha y mientras; yo seguía recostada en la cama, envuelto mi cuerpo en las sábanas que conservaban su calor, mantenía la mente despejada y la emoción en cada poro de la piel.
Tomé el móvil y empecé a recorrer páginas sin mucho interés, de fondo, seguía escuchando el agua de la ducha, eso me desconcentraba.
Me adentré más en la lectura, viendo fotos, siguiendo enlaces, conociendo sitios nuevos, baldosas gualdo con pisadas conocidas... sentí un gran hueco interno cubierto de retales de ansiedad... "A partir de entonces, todo cambió para siempre."
Yo me fui; y fue/es una ausencia inagotable. sé que duele, pero un día no recordaré su nombre y la fotografía que presiono contra mi pecho desaparecerá, como tantas otras.
Hoy he despertado sola, sintiéndome menos completa.
Y con esta publicación abro un paréntesis en el blog y les agradezco que me hayan acompañado.